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EL PENSAMIENTO CRÍTICO Y LA FILOSOFÍA PARA NIÑOS
Desde mediados del siglo un sinfín de programas, renovaciones y revoluciones han estado siendo aplicadas o introducidas en un intento de encontrar una respuesta a la crisis en que vive el mundo de la educación. Se produce un ir y venir de teorías pedagógicas que ponen en tela de juicio soluciones anteriores y proponen otras que pronto serán rechazadas. La única idea que pervive a través de los tiempos es que la educación en su sentido clásico, con sus métodos basados en el aprendizaje memorístico y de transmisión de contenidos, está absolutamente trasnochada y por ello esta denostada Las razones son obvias. Vivimos en un mundo cuyo signo de identidad es el cambio, la velocidad y el continuo "progreso". Lo que hoy es actualidad mañana será historia, y con la misma velocidad que los acontecimientos pasan a ser historia, nuestros conocimientos pasan a ser anticuados e inservibles. Nos encontramos en una época en la que no sólo es necesario "saber qué" son las cosas, sino que, sobre todo, debemos "saber cómo" son éstas.
Por ello no es suficiente aprender de memoria cómo son las cosas, sino que tenemos que aprender a pensar por nosotros mismos cómo son las cosas y a descubrir la realidad de las cosas nuevas o desconocidas. Cuantos de nosotros no crecimos a imagen y semejanza del maestro creyendo que lo memorizado, no podía ser cuestionado, creyendo todo lo dicho, creándonos una deficiencia en la búsqueda del conocimiento.Ser crítico es ser un buscador activo y un cuestionador persistente; se tiene que estar alerta a conceptos antes desapercibidos, y listo a comparar y contrastar, a analizar y plantear hipótesis, a experimentar y observar, a medir y probar. Así, los estudiantes críticos, asumen en parte, la responsabilidad de su propia educación.
Por otro lado, el pensamiento crítico para llegar a ser un "buen pensamiento" debe ser, al mismo tiempo, pensamiento creativo, independiente y autónomo. Por tanto debe de ser un pensamiento que responda a las necesidades de innovación y de adaptación que nuestra época exige, posibilitando que los conocimientos adquiridos no se anquilosen y pierdan su valor. De ahí que el pensamiento crítico deba cumplir dos condiciones esenciales: ser sensible al contexto y ser auto-corrector. La filosofía, en su sentido socrático, como investigación y búsqueda de la verdad a través del diálogo, resume y recoge las principales características que hemos visto como definitorias de una buena educación; potencia la capacidad de reflexión, la capacidad de autoevaluación y autocorrección, de respeto y de convivencia donde la verdad se busca a través del verdadero diálogo y en él que se fomenta el desarrollo integral de la persona.
Los ejercicios en el programa de Filosofía para Niños están diseñados para reforzar la habilidad de los estudiantes, a juzgar prácticamente, porque esta habilidad es señal de un buen sentido común, es decir, de una razón y sentido de proporción que se supone tiene una persona educada.
En el programa de Filosofía para Niños, se hace énfasis al hacer juicios que se basan en criterios. Siempre que se introduce un concepto filosófico, se acostumbra proveer ejercicios en los cuales el concepto se pone en operación, es decir, se introduce en la práctica; la forma más común de la práctica llega a la discusión en clase. Si se introduce un término ético como “juego limpio” por ejemplo, entonces se presentará una serie de situaciones al grupo; los estudiantes discutirán bajo cuáles circunstancias estas situaciones serían un ejemplo de “juego limpio”, o no. Gracias a la práctica de tener que apoyar juicios con criterios, los alumnos llegan a pensar de una manera más escrupulosa y responsable, porque su pensamiento es auto-correctivo, sensible al contenido y basado en criterios.
Todo esto no son más que pequeñas evidencias del valor e interés que caracterizan a la Filosofía para Niños en tanto que programa educativo que favorece y potencia tanto el pensamiento crítico como la verdadera actividad filosófica, la reflexión crítica y creativa.
Lipman, M(1990) El pensamiento crítico y la Filosofía para niños.
Boletín del Centro de Didáctica de la Universidad Iberoamericana: México
Desde mediados del siglo un sinfín de programas, renovaciones y revoluciones han estado siendo aplicadas o introducidas en un intento de encontrar una respuesta a la crisis en que vive el mundo de la educación. Se produce un ir y venir de teorías pedagógicas que ponen en tela de juicio soluciones anteriores y proponen otras que pronto serán rechazadas. La única idea que pervive a través de los tiempos es que la educación en su sentido clásico, con sus métodos basados en el aprendizaje memorístico y de transmisión de contenidos, está absolutamente trasnochada y por ello esta denostada Las razones son obvias. Vivimos en un mundo cuyo signo de identidad es el cambio, la velocidad y el continuo "progreso". Lo que hoy es actualidad mañana será historia, y con la misma velocidad que los acontecimientos pasan a ser historia, nuestros conocimientos pasan a ser anticuados e inservibles. Nos encontramos en una época en la que no sólo es necesario "saber qué" son las cosas, sino que, sobre todo, debemos "saber cómo" son éstas.
Por ello no es suficiente aprender de memoria cómo son las cosas, sino que tenemos que aprender a pensar por nosotros mismos cómo son las cosas y a descubrir la realidad de las cosas nuevas o desconocidas. Cuantos de nosotros no crecimos a imagen y semejanza del maestro creyendo que lo memorizado, no podía ser cuestionado, creyendo todo lo dicho, creándonos una deficiencia en la búsqueda del conocimiento.Ser crítico es ser un buscador activo y un cuestionador persistente; se tiene que estar alerta a conceptos antes desapercibidos, y listo a comparar y contrastar, a analizar y plantear hipótesis, a experimentar y observar, a medir y probar. Así, los estudiantes críticos, asumen en parte, la responsabilidad de su propia educación.
Por otro lado, el pensamiento crítico para llegar a ser un "buen pensamiento" debe ser, al mismo tiempo, pensamiento creativo, independiente y autónomo. Por tanto debe de ser un pensamiento que responda a las necesidades de innovación y de adaptación que nuestra época exige, posibilitando que los conocimientos adquiridos no se anquilosen y pierdan su valor. De ahí que el pensamiento crítico deba cumplir dos condiciones esenciales: ser sensible al contexto y ser auto-corrector. La filosofía, en su sentido socrático, como investigación y búsqueda de la verdad a través del diálogo, resume y recoge las principales características que hemos visto como definitorias de una buena educación; potencia la capacidad de reflexión, la capacidad de autoevaluación y autocorrección, de respeto y de convivencia donde la verdad se busca a través del verdadero diálogo y en él que se fomenta el desarrollo integral de la persona.
Los ejercicios en el programa de Filosofía para Niños están diseñados para reforzar la habilidad de los estudiantes, a juzgar prácticamente, porque esta habilidad es señal de un buen sentido común, es decir, de una razón y sentido de proporción que se supone tiene una persona educada.
En el programa de Filosofía para Niños, se hace énfasis al hacer juicios que se basan en criterios. Siempre que se introduce un concepto filosófico, se acostumbra proveer ejercicios en los cuales el concepto se pone en operación, es decir, se introduce en la práctica; la forma más común de la práctica llega a la discusión en clase. Si se introduce un término ético como “juego limpio” por ejemplo, entonces se presentará una serie de situaciones al grupo; los estudiantes discutirán bajo cuáles circunstancias estas situaciones serían un ejemplo de “juego limpio”, o no. Gracias a la práctica de tener que apoyar juicios con criterios, los alumnos llegan a pensar de una manera más escrupulosa y responsable, porque su pensamiento es auto-correctivo, sensible al contenido y basado en criterios.
Todo esto no son más que pequeñas evidencias del valor e interés que caracterizan a la Filosofía para Niños en tanto que programa educativo que favorece y potencia tanto el pensamiento crítico como la verdadera actividad filosófica, la reflexión crítica y creativa.
Lipman, M(1990) El pensamiento crítico y la Filosofía para niños.
Boletín del Centro de Didáctica de la Universidad Iberoamericana: México